el marino que perdió el mar

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martes, 18 de octubre de 2011

La isla de los marinos de mierda (Creo...)

Creo.
Creo que estoy muerto.
Creo que estoy muerto y aún no lo se.

Pero en esta posición puedo observar como los gusanitos babean alrededor de la tarta.
Los gusanitos son esos seres que se aguantan sobre la naranja gracias a la fuerza que los aplasta en la superficie y no los deja salir volando. La tarta es esa cosa que todos desean.
Mercado.
Es de puta pena ver como se arrastran todos para conseguir su tajada.
Se engañan, discuten, pelean y hasta llegan a matarse entre ellos.
Y la cosa impasible.
Vistos a pocas yardas de altura los gusanitos no son nada. Apenas levantan un palmo sobre la costra.
Miran hacia la cosa con gula. La desean.
¡Que espectáculo!
Imaginaros una pandilla de ratas callejeras alrededor de cualquier desperdicio.
Igual.
Total para que.
Vestir una piel sobre su piel. Un cobijo elegante. Un gusanito/a cachas a su lado. Un cacharro con ruedas reluciente...
Todas esas cosas que diferencian un gusanito lindo de otro.
Pero son solamente gusanitos.
¡Que miseria!
Si se vieran. Si se reconociesen.
Vistos con los ojos de un casi muerto el panorama es patético.
Millones de gusanitos merdentos sobre una naranja agotada.
Para colmo.
Dicen.
Que sobre ellos.
Hay un dios de gusanitos.
Joder.

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