el marino que perdió el mar

el marino que perdió el mar

sábado, 1 de octubre de 2011

La isla de los marinos de mierda (Hoy volví...)

Hoy volví al mar.
Como espectador.
Dormí al socaire de mar y viento.
Me desperté al amanecer.
El romper de las olas en la costa me devolvió años.
El rumor de mar.

(Cuando navegaba...
A veces. Muchas singladuras sin recalar. Llegué hasta los 45 días sin escalas. Desde Tristre, antigua Yugoslavia, hasta un cargadero de mineral, cerca de Calcuta, India. Sin atajos por Suez.
Cuando se navega sin pausa el cuerpo se acostumbra. Guardia de noche hasta las 4 de la madrugada. De 12 a 4.
Desayuno. Dormir. Comer. Vuelta a la guardia, desde el mediodía hasta las 4 de la tarde. Una hora de trabajos diversos y ocio hasta medianoche para recomenzar el ciclo. Leer, escribir, escuchar la radio, música, soñar...
En el puente se ve y oye como se desliza el barco.
En el camarote el ruído de la máquina.
Rutina cambiando constantemente los exteriores; la temperatura, la bóveda celeste...
Costas diferentes. Calor y fríos extremos. De la Cruz del Sur a la Osa Mayor.
El rumor de mar.
Siempre adentro aún en tierra, como el estribillo de una canción perversa que no se va y tararemaos sin querer.
Tras una larga travesía, al saltar al muelle, todos los sentidos nos engañan. La tierra parece moverse. La cabeza, los oídos, las piernas... siguen un compás.
Hoy volví al mar.
Como espectador.
Dormí al socaire de mar y viento.
Me desperté al amanecer.

El rumor de mar.

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