el marino que perdió el mar

el marino que perdió el mar

lunes, 30 de abril de 2012

 Como decía el viejo maestro, mis palabras recuerdan las cosas ya dichas. Es difícil ser original todos los días. Sobretodo cuando lo que sentimos y hacia que o quien lo sentimos no varía constantemente. Entonces faltan palabras. Faltan las palabras. Habrá que inventar palabras nuevas que expresen lo mismo. ¿Pueden las palabras decirlo todo? No. La mirada de un niño. La tuya, sin ir más lejos. Se pueden hacer preciosos poemas. Escribir maravillosas páginas. Pero siempre faltará algo. Algo. Bendito que falte. Que siempre falte. Que siempre me falte algo. Que precise buscar. Alternativas. Quizás a las palabras. Me pongo ante el espejo y gesticulo sin hablar. Intento crear otro lenguaje. Tampoco es eso. Me imagino que estamos frente a frente. Que nos miramos sin hablarnos. Que intentamos comunicarnos. Decirnos cosas. Quizás funcione. No se si será muy original pero puedo pensar que al final pueden salirnos palabras inverosímiles. Nunca antes pronunciadas. Palabras nuevas. ORIGINALES.

No hay comentarios:

Publicar un comentario