el marino que perdió el mar

el marino que perdió el mar

martes, 19 de junio de 2012

No hay nada más...

No hay nada más desesperanzador que ver la mirada indecisa de un capitán en medio de una borrasca. Es jodido. Aprendemos o nos aprenden a seguir las indicaciones o órdenes de aquellos que tienen mayor número de galones sin que, en la mayoría de los casos podamos rebelarnos ante la ineptitud de un jefe o contra su sapiencia, que aunque así lo sea, no tiene la omnipotencia para no fallar. ¿Cuantos trabajamos a las órdenes de un inepto al que las circunstancias, el tiempo o el dedo colocaron en el pedestal?. Tuve la suerte de navegar con buenos capitanes y aprendí de ellos pero tambien tuve algúno, que si la fortuna no estuviera de nuestra parte estaríamos abonando algas en el fondo de los océanos. La sociedad, es una obviedad, no siempre premia a los mejores con el reconocimento del mando. Estoy a favor de darle la oportunidad a cualquiera, aunque sea un desastre pero llegado el momento en que se demuestra tal desastre no estoy en absoluto de acuerdo en mantenerlo. En otras especies animales el jefe es el fuerte, el que guía la manada o el que indica cuando debe comenzar una migración. Entre los humanos priva el astuto sobre el inteligente, el pelota redomado sobre el trabajador, el copión al inventor. Mi perro más viejo era el lider, el alfa, hasta que llegó el otro que al crecer demostró más fuerza y talento. ¿Qué hizo el viejo?. Simplemente cederle el honor de pasar primero con lo que eso implica de dar el gran patinazo. Y es que observando a muchos animales nos percatamos de cuanto perdimos al civilizarnos. Vuelvo al comienzo. No os podeis imaginar lo jodidamente frustrante e inquietante que es ver la indecisión de un capitán en medio de un galernazo. Y hay muchos capitanes de esos en tierra firme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario