el marino que perdió el mar

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jueves, 28 de junio de 2012

Yo fui contrabandista...

Yo fui contrabandista. Nunca con droga ni armas, aunque tuve ambas cosas a mi alcance. Cuando navegaba el contrabando en los barcos mercantes era algo habitual. Se sobreentendía que una parte de tu salario era un porcentaje en el contrabando organizado. Participaban desde el capitán hasta el último tripulante. Era tan natural que los barcos llevasen un cargamento "extra" que los propios ingenieros navales diseñaban lugares que no figuraban en los planos del barco, dobles mamparos o depósitos dentro de depósitos. LLevamos pequeña tecnología a los países del Golfo Pérsico, Barehin, Qatar, Dubai, Kuwait, Persia,a la India ..., aunque fundamentalmente a Sudamérica. Para Europa lo más requerido era whysky y tabaco. Nunca tuve sensación de estar cometiendo un delito. Si los estados permitían, comerciaban y se beneficiaban con la venta de estos productos por qué no yo?. Una infracción fiscal? Tampoco yo aceptaba que determinadas inversiones de esos estados se hiciesen y no por eso cesaban. Recuerdo, en las Rías Bajas gallegas los marineros de bajura completaban sus escasos ingresos con lo que se llamó "rubio de batea", el tabaco americano que luego se vendía en el marcado de La Piedra de Vigo con casi total impunidad. Eran delitos menores que contribuían a la manutención de muchas familias. Tan bien estaba organizado que, cuando cogían algún marinero y lo metian en prisión la organización le seguía pagando una pequeña cantidad a la familia hasta que el condenado pudiera volver al chollo. Gané dinero. Nunca fueron grandes cantidades pero con ese complemento que saqué de la "faifa" viví bien. ¿Remordimientos?. Ninguno.

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