el marino que perdió el mar

el marino que perdió el mar

sábado, 30 de junio de 2012

Es como si ...

Es como si fuese una purga de mar. Regurgitar. Como si se diese un atracón y necesitase aliviar el estómago. Despues de un temporal. Entonces paseo la costa en busca de vestigios. De restos. Siempre aparece algo sorprendente. Un paraguas. Una muñeca. Un timón de una lancha. Medio remo. Alguna botella,sin mensaje. Una caja de madera semienterrada que me cuesta abrir y que solo contiene arena y algas. Bolas de aparejos. Algún trozo de red enmarañada con conchas, algún cangrejo y más algas. Bolsas de plástico, plástico, plástico...cancer de mar. Siempre voy, tras las galernas de mar, por si un día encuentro algo interesante. Alguna llave de mar. Una llamada de socorro desde las profundidades. Una melodía en una caracola. El recado de un amigo ahogado. Cualquier cosa que me diga. Que está vivo. Que el mar está vivo. Como lo recuerdo cuando navegaba. Como creo que es. Materia viva. Vivo.

jueves, 28 de junio de 2012

Yo fui contrabandista...

Yo fui contrabandista. Nunca con droga ni armas, aunque tuve ambas cosas a mi alcance. Cuando navegaba el contrabando en los barcos mercantes era algo habitual. Se sobreentendía que una parte de tu salario era un porcentaje en el contrabando organizado. Participaban desde el capitán hasta el último tripulante. Era tan natural que los barcos llevasen un cargamento "extra" que los propios ingenieros navales diseñaban lugares que no figuraban en los planos del barco, dobles mamparos o depósitos dentro de depósitos. LLevamos pequeña tecnología a los países del Golfo Pérsico, Barehin, Qatar, Dubai, Kuwait, Persia,a la India ..., aunque fundamentalmente a Sudamérica. Para Europa lo más requerido era whysky y tabaco. Nunca tuve sensación de estar cometiendo un delito. Si los estados permitían, comerciaban y se beneficiaban con la venta de estos productos por qué no yo?. Una infracción fiscal? Tampoco yo aceptaba que determinadas inversiones de esos estados se hiciesen y no por eso cesaban. Recuerdo, en las Rías Bajas gallegas los marineros de bajura completaban sus escasos ingresos con lo que se llamó "rubio de batea", el tabaco americano que luego se vendía en el marcado de La Piedra de Vigo con casi total impunidad. Eran delitos menores que contribuían a la manutención de muchas familias. Tan bien estaba organizado que, cuando cogían algún marinero y lo metian en prisión la organización le seguía pagando una pequeña cantidad a la familia hasta que el condenado pudiera volver al chollo. Gané dinero. Nunca fueron grandes cantidades pero con ese complemento que saqué de la "faifa" viví bien. ¿Remordimientos?. Ninguno.

martes, 26 de junio de 2012

Vinieron...

Vinieron como todos los años por el San Juan. Dicen que el único animal inteligente sobre la Tierra es el hombre. Y ellos, vuelven invariablemente por San Juan. Fue hoy. Día de calor desmesurado. El mar como plato. LLano. Naturalmente. Y vinieron. En tierra, la gente, en la cala, los miraba atónitos. Como si estuvierámos en un parque abierto. Decían que jugaban. No. Ellos. Invariablemente. Acosaban a las sardinas hacia tierra no dejándoles huída. Saltaban. Una familia entera. 6 o 7 hermosos ejemplares. Como otros años nadé a su encuentro. Pero esta vez no llegué. Un descerebrado con una moto acuática salíó hacia ellos. Como un poseído. Cualquiera sabe lo que quería hacer aquel estúpido. Los ahuyentó. ¿Volverán el próximo año por San Juan? ¿Quedará en su memoria la interrupción del gamberro acuático? Y dicen que los únicos inteligentes en la Tierra somos los humanos. Será con excepciones. Digo yo.

domingo, 24 de junio de 2012

Como el viento...

Como el viento. Igual que el viento. Que pasa. Pasó. Como una visión. Igual que una visión. Delante de mis ojos. Aún hoy. Despues de muchso años. No sé si fué real o no. A veces despierto Y creo que están conmigo. Vivos. Un accidente. Con muertes. Siempre es un fracaso. El no querer reconocer los hechos. No es cobardía. Ni evasión. Simplemente es pensar que siguen aquí. Que mañana. Cuando despierte. Se lo contaré. Y reiremos juntos. Como una ráfaga. De viento.

sábado, 23 de junio de 2012

Siempre solo...

Siempre solo. Magnífico marinero de primera. Trabajador. Puntual. Obediente. Incluso el primer oficial que era un mal bicho y trataba a todos a patadas lo respetaba. Su vida era el barco. Casado con dos hijos jamás hablaba de la familia. Las veces que volvíamos al puerto base en donde vivía se le notaba inquieto. No puedo asegurar el tiempo que aguantaba en casa pero era poco. Alguna vez coincidí con él en la del "Pescador", el bar más cutre del puerto. Allí lo podías encontrar. En una esquina, sentado en un taburete y mirando como un grupo de borrachos cantaban al mítico "Galatea". "Oh, "Galatea", tu eres el barco mejor. Tu te cimbreas desde la proa al timón. Tus balanceos, desde babor a estribor. Y tus marineros la mejor tripulación". Y sin salirse de la estrofa, una y otra vez con voz rota y cansina. Un día, navegando por trópicos le dió un ataque de mamparitis, esa rara enfermedad única de los barcos, de la gente solitaria y cansada de la vida. Batió contra un mamparo hasta pintarlo de rojo. Hicieron falta tres hombres para cogerlo. Hasta puerto lo llevamos amarrado con correas en el camarote dedicado para enfermería. Lo mandaron para casa. Alguna vez lo visito. Nunca me encontré con su mujer, hijos, familiares o amigos. Aunque su habitación tiene una ventana el mira hacia la pared. Siempre solo.

martes, 19 de junio de 2012

No hay nada más...

No hay nada más desesperanzador que ver la mirada indecisa de un capitán en medio de una borrasca. Es jodido. Aprendemos o nos aprenden a seguir las indicaciones o órdenes de aquellos que tienen mayor número de galones sin que, en la mayoría de los casos podamos rebelarnos ante la ineptitud de un jefe o contra su sapiencia, que aunque así lo sea, no tiene la omnipotencia para no fallar. ¿Cuantos trabajamos a las órdenes de un inepto al que las circunstancias, el tiempo o el dedo colocaron en el pedestal?. Tuve la suerte de navegar con buenos capitanes y aprendí de ellos pero tambien tuve algúno, que si la fortuna no estuviera de nuestra parte estaríamos abonando algas en el fondo de los océanos. La sociedad, es una obviedad, no siempre premia a los mejores con el reconocimento del mando. Estoy a favor de darle la oportunidad a cualquiera, aunque sea un desastre pero llegado el momento en que se demuestra tal desastre no estoy en absoluto de acuerdo en mantenerlo. En otras especies animales el jefe es el fuerte, el que guía la manada o el que indica cuando debe comenzar una migración. Entre los humanos priva el astuto sobre el inteligente, el pelota redomado sobre el trabajador, el copión al inventor. Mi perro más viejo era el lider, el alfa, hasta que llegó el otro que al crecer demostró más fuerza y talento. ¿Qué hizo el viejo?. Simplemente cederle el honor de pasar primero con lo que eso implica de dar el gran patinazo. Y es que observando a muchos animales nos percatamos de cuanto perdimos al civilizarnos. Vuelvo al comienzo. No os podeis imaginar lo jodidamente frustrante e inquietante que es ver la indecisión de un capitán en medio de un galernazo. Y hay muchos capitanes de esos en tierra firme.

domingo, 17 de junio de 2012

Fumar en pipa...

Fumar en pipa es una pose?. Una manera de diferenciarse?. Una forma de establecer un coloquio con uno mismo?. Una visión del mundo a través de una cortina?. Un pretexto para establecer una barrera?. Razón para llamar la atención?. De un viejo artículo del escritor gallego Méndez Ferrín recojo las palabras de un publicitario americano: Las mujeres suelen confiar en los hombres que fuman en pipa. Evidentemente es un slogan, válido para el diálogo de una película o para vender tabaco. Comencé a fumar en pipa al poco tiempo de embarcar. Compré la primera en el primer puerto que recalé, en Las Palmas. Desde luego compré capstan, decían ya de aquella que era el mejor tabaco. Estoy de acuerdo. Aprendí a quemarlas, tras un proceso de meses con algodones impregnados en ron. Compré varias, pipas y cachimbas, que son las retorcidas. Al principio lloraba con el humo pero aprendí a prensar el tabaco y conseguir que una pipa me durase, seguida, 45 minutos, el tiempo que dura uno de los tiempos de un partido de futbol. Por el mundo adelante compré buenas pipas y otras originales del país, siempre escapando de las recubiertas por yeso, que no hay que quemarlas pero que pierden su encanto y sabor. En estos momentos de mi vida fumo una pipa diaria y tengo los años suficientes para decir que me encuentro bien. Si. Comencé a fumar por snobismo. Ahora lo hago por placer.

sábado, 16 de junio de 2012

Navegábamos...

Navegábamos rumbo a Ciudad el Cabo, la Capetón de los pescadores gallegos. A la altura de Walvis Bay ocurrió. Un marinero de cubierta empezó a ponerse mal. Fiebre muy alta, vómitos y un dolor terrible en el bajo vientre. La temida apendicitis en alta mar. Nuestro barco era uno de los mayores buques-factorías que pescaban en el mundo. LLevábamos médico,un enfermero y hasta capellán. Estábamos a 16 horas de puerto. Al habla con las atoridades sudafricanas se comprobó la imposibilidad de que un helicóptero aterrizase en nuestra cubierta. Se decidió operarle de urgencia a bordo. Desde luego el médico no era un cirujano. Pero, no había alternativa. Peritonitis. Murió en el improvisado quirófano. Lo metimos en una cámara frigorifica en donde se congelaba el pescado. Sin decir palabra. Todos nos miramos preguntándonos lo mismo.

jueves, 14 de junio de 2012

Decía...

Decía Álvaro Cunqueiro " La tristeza es un lujo que sólo se pueden permitir los jóvenes, los mozos" No soy joven y a veces estoy triste. Me encuentro triste. Don Álvaro ¿Seré un especimen anómalo? Reconozco que la vida es dura de por si. Que en estos momentos puede que más. Que hay que vencer la carga negativa con la que empezamos el día, pero ¿No hay lugar para la tristeza? Tristeza "tu estás inscrita en la líneas del techo, tu estás inscripta en los ojos que yo amo". Al margen de la tristeza poética, tan fértil para autores románticos, pienso que coexiste con todos nosotros una tristeza que forma parte de nuestra forma de ser y sentir la vida. Hoy está el cielo gris, una lluvia ténue lo inunda todo. La gente pasea por las calles en silencio. Los pájaros usan sordina. Los mendigos no levantan los ojos. La cajera del supermercado se queja de la espalda. Los coches sisean en el asfalto. Las luces se han quedado encendidas. Los perros no mueven sus rabos. Las mujeres no visten tan hermosas. Mi madre le llama un "día enfermo". Yo le digo tristeza.

miércoles, 13 de junio de 2012

En esta noche...

En esta noche. De trópicos. Inmensa me parece. Brutal. Sobre los indefensos hombres. Que pueblan este mercado de dólares y vanidades. ¿Será nuestro fin predestinado? ¿Aquel de los profetas mayas? ¿Un efecto óptico si acaso? Lo único que sé es que, inmensa. Se muestra iluminando todo el mar. Todo. Su reflejo anonada al sol. Su blancura enferma es pecado. Si la miras fijamente te transforma. Yo quisiera mirarla a tu lado. Cogerte, que me cogieras, las manos. Por si se acerca el frío final. Tener tu calor como último aliento.

martes, 12 de junio de 2012

Senti...

Sentí el silbido... En aquel momento no fuí consciente. Solo cuando vi la cara de pánico del contramaestre. Y las lágrimas del marinero de primera. Reaccioné. En un lugar de la costa de África. En la desembocadura de un río. Intentando ayudar a salir de una embarrancada a un pesquero. Pudo ser allí. Y no hubiesen pasado todas las cosas que vinieron más tarde. Pensamos que no nos puede pasar a nosotros. No puede suceder. Pero ¿por qué si a una hormiga?. Nuestra inteligencia no llega ahí. Porque el destino no tiene relación con la inteligencia. Despues. Una nota en el Diario de Navegación. Quizás en algún periódico. Y nada más. La NADA. Pudo ser allí. Cuando el cable asesino nos pasó como una guadaña a pocos centímetros de la cabeza.

domingo, 10 de junio de 2012

Mi amigo...

Mi amigo Ventura murió por berber demasiado. Era un buen marino. Navegó por todos los mares conocidos. Y por los otros. Los cubiertos de vino, ginebra y ron. Pero tan solo bebía de ellos al atracar en algún puerto. En el mar unicamente lo reglamentado. Media pinta de ron al desayuno. Un vaso de buen vino tinto joven gallego en cada comida. Un oporto a media tarde. Y una ginebra para facilitar la digestión tras la cena. Lo que bebíamos todos. Mi amigo Ventura contaba unas historias fantásticas. Siempre de vuelta al barco. Cuando sus ojos embarcaban antes que el resto del cuerpo. En aquellos momentos se transformaba. Sus relatos, amenizados por gestos de acorde a las narraciones, eran impresionantes. Barcos pilotados por pájaros. El pirata gallego que le enseñaba el culo a los navíos de guerra ingleses. La mujer llamada Liviana que volaba por encima de los mares hasta encontrar a su amor marinero. Y así. Historias maravillosas que a todos nos dejaba extasiados. Pero. Un día. Mi amigo ventura murió por beber demasiado. Perdió pie y cayó al mar cuando subía abordo. Cuando lo encontramos. A la mañana siguiente. Estaba muerto. Pero en su rostro quedara indeleble su última historia. Y por la forma de sus brazos, labios entreabiertos y sonrisa de satisfacción pudimos imaginar que era aquella que nos prometiera contar de cuando conoció a una reina india que quiso que se casara con ella y reinar en el reino de Belinquieri. Era un buen marino. Un poco cuentista. Excelente amigo. Y buen catador de vino albariño.

martes, 5 de junio de 2012

Me dedicaba...

Me dedicaba a dibujar mapas. Cada noche. Cuando la guardia obligaba a navegar a oscuras. En silencio. En noches limpias. Según la latitud. Cuando el océano era mar solitario. Me dedicaba a dibujar mapas. De constelaciones. Naturalmente.

sábado, 2 de junio de 2012

"Nos habíamos...

"Nos habíamos quedado en que un día trajo a Pilka Tartak, que era contrabandista de prfesión, y que tenía diantes nuevos..." Me lo regalaron. "Mi abuelo llegó esquiando" Un libro finés. De un judio o hijo de judios. Daniel Katz. Nunca había oído hablar de él. No es extraño tampoco ya que desde hace algún tiempo me he refugiado en releer a mis autores. Pero es que la frescura del libro incita a pensar, cuanta gente, cuantas obras estupendas circulan por el mundo. No se si es literatura del siglo XIX o del XXII, pero tan bien escrita que anima al lector a meterse en sus lios. Hay que darle las gracias al escritor, que se nota que se divierte haciéndolo. Leo sobre él y veo que tiene premios y que es conocido en determinados ámbitos. No es por eso por lo que a mi me gustó. Me entusiasmó el ver como alguien puede escribir de los horrores de las guerras, problemas familiares y hasta complejos con alegría. Libros del Asteroide es la lúcida editorial que lo ha traído al castellano. No os engañeis, no es un libro en clave cachonda, aunque lo es. El autor está muy documentado. Se lo ha currado. No me importaría el compartir con él ese absurdo deseo de escoger a alguien para compartir una isla desierta. La inteligencia, la sátira, el humor más burdo que es el más refinado y profundo al poder. Hurra por Daniel Katz. Dejar las pastillas si estais depres y meteros este libro. No os arrepentireis.

viernes, 1 de junio de 2012

Lo más parecido...

Lo más parecido al mar es la nieve. Navegué por océanos. Hice ski de fondo. Navegando pasé días sin divisar tierra. Esquiando lo hice al otro lado de las montañas donde no esquiaba la gente. Incluso sin divisar un barco. Rara vez encontré una persona por la nieve virgen. Me daban ganas de ir al castillo de proa y gritarle a la herida que dejaba la roda en el mar. Gritarle a las montañas de nieve impasibles. El ruído del barco amortigua mis gritos. El eco en las montañas me devuelve mis gritos. Las ondulaciones del mar marean. Las ondulaciones en la nieve me deslumbran. Allí en la proa me olvido de los que están a popa de mi. Allí en la nieve me olvido del mundo. Lo más parecido al mar es la nieve. Digo.