el marino que perdió el mar

el marino que perdió el mar

martes, 18 de octubre de 2011

La isla de los marinos de mierda (Creo...)

Creo.
Creo que estoy muerto.
Creo que estoy muerto y aún no lo se.

Pero en esta posición puedo observar como los gusanitos babean alrededor de la tarta.
Los gusanitos son esos seres que se aguantan sobre la naranja gracias a la fuerza que los aplasta en la superficie y no los deja salir volando. La tarta es esa cosa que todos desean.
Mercado.
Es de puta pena ver como se arrastran todos para conseguir su tajada.
Se engañan, discuten, pelean y hasta llegan a matarse entre ellos.
Y la cosa impasible.
Vistos a pocas yardas de altura los gusanitos no son nada. Apenas levantan un palmo sobre la costra.
Miran hacia la cosa con gula. La desean.
¡Que espectáculo!
Imaginaros una pandilla de ratas callejeras alrededor de cualquier desperdicio.
Igual.
Total para que.
Vestir una piel sobre su piel. Un cobijo elegante. Un gusanito/a cachas a su lado. Un cacharro con ruedas reluciente...
Todas esas cosas que diferencian un gusanito lindo de otro.
Pero son solamente gusanitos.
¡Que miseria!
Si se vieran. Si se reconociesen.
Vistos con los ojos de un casi muerto el panorama es patético.
Millones de gusanitos merdentos sobre una naranja agotada.
Para colmo.
Dicen.
Que sobre ellos.
Hay un dios de gusanitos.
Joder.

jueves, 13 de octubre de 2011

La isla de loa marinos de mierda (Dios...)

Dios nunca navegó.
No se que coño pintan las religiones en este puñetero mundo.
¿Efecto balsámico?
Prefiero una lección de ética razonada.
Recurrir a dios, a cualquier dios, es demencial.
Es más lógico jugar a la lotería que confiarse en un ser fantástico inexistente.
O en tu equipo de fútbol.
O en Madonna.

O será que en vez de dios necesitamos dioses.
Muchos.
Porque, aunque tenga los poderes de Superman, no es capaz de cubrir todo el planeta.
Un dios para la salud.
Otro para aprobar las oposiciones.
El dios del trabajo.
Del sexo.
Cultura.
Etc.

La humanidad encontró en la religión.
En el dios que defienden varios y diferentes.
El pretexto genial.
Cuando todo falla.
Rézale.
Ofrécete.
Descarga en él.
No funcionará casi nunca.
Salvo la casualidad.
Pero.
Te desahogas.

Igual que en el fútbol.

¿Intentas dios=fútbol?
¿Por qué no? Y porque Superman no es real sino sería el dios ideal.

No estoy muy al tanto de las creencias de tierra adentro pero si puedo asegurar que en el mar no hay dios.
Dios nunca navegó.

miércoles, 12 de octubre de 2011

La isal de los marinos de mierda ("Había viento...")

"Había viento, relámpagos, aguanieve, nieve, y el mar tenía un aspecto terrorífico..."
Joseph Conrad

Brutal.
Mar montañosa. 10 en la escala de Beaufort.
Sin escapatoria.
Zarandeado, el barco se estremece en todas las direcciones.
En cada golpe frontal, en cada pantocazo, un ruido sordo, seco como contra un muro que el barco resiste.
La chapas gimen.
El agua rompe contra todo.
Las montañas sucesivas de olas barren la cubierta de proa a popa. Los imbornales no son suficientes para desalojar tanto líquido.
Un océano de mar bate contra el puente borrando todas las imágenes.
El barco es un pedazo de materia sólida entre los senos y crestas de un mar rabioso.
No es de día.
Ni de noche.
Es un tiempo sin acotar, sin medir.
Grises y negros combinando con algún resplandor tenebroso..
No existe nada salvo un mar asesino.
Plomizo.
Antesala de otra dimensión.
El barco baja la sima por un tobogán hacia Lucifer. Al llegar abajo duda y vuelve a enderezar la proa cara a un supuesto cielo. Que no es.

Los tripulantes callan, rezan o maldicen.
Todos hacen promesa cierta de no volver.
Las miradas se cruzan y desvían.
Cada uno piensa en el fin a su modo.
Rostros pálidos.
De impotencia.
De miedo.
Nadie habla.
Los alimentos fríos no sacian la angustia.
El piloto automático no sirve. El timonel suple a la electrónica.
El radar gira en un vacío absurdo.
La presión encoje y hace más pequeños a los más grandes.

No hay nada más allá de un mar asesino.
Ni ideales. Ni sexo. Ni dios.
Es difícil describirlo.
Parece una exageración.
Es una exageración.

Yo lo he vivido.

martes, 11 de octubre de 2011

La isla de los marinos de mierda (Desde...)

Desde mi isla. Desde mi aislamiento.
Veo pasar el mundo y los tiempos que vivimos.
Es fácil decir que no estoy de acuerdo. Pero es que no estoy de acuerdo.
Sin ir más allá de las fronteras del Estado en que me tocó nacer, en estos momentos de recesión económica saltan de golpe todos los miedos.
Ya no se ocultan las intenciones. Las malas. Ya se dice claramente que hay que rebajar la intervención estatal. Eso significa, en latín paladino, rebajar las mejoras sociales. Los avances adquiridos hasta la fecha. AVANCES ADQUIRIDOS, NO REGALADOS POR NADIE NI POR NADA.
Neoliberalismo.
Mierda.
La tendencia, de los que tienen y quieren hacerlo es claramente dirigida hacia el capitalismo más retrógrado. Los recursos a disposición de la propiedad, la economía en general a los pies de los más poderosos y los arribistas.
La supresión de profesores y maestros es un síntoma (587 solo en Galicia), al igual que la intervención en la construcción de nuevos hospitales con parte privada. También las pensiones, y las ayudfas a enfermos e impedidos... suma y sigue.
A esos que esperan que los países entren en zona de miseria para medrar poco les importa el fracaso escolar mientras tengan a sus hijos en colegios de élite o en el más augusto extranjero. Incluso emplearán su poder para conseguir subvenciones o desgravaciones, como ya ocurre en la Comunida de Madrid. Parece que la ayuda privada a la construcción de hospitales de la red pública es una ayuda. Joder. Ya nadie cree en los cerdos volando. ¿Son ONG? No. El capital busca negocio en donde hay negocio. Entrarán por los servicios accesorios y conseguirán cada vez más participación. La revisión al alza siempre del coste de los servicios y un chantage contínuo si lo que quede de la Administración no acceda a sus pretensiones.
El pacto de Toledo. ¿Cuantas veces nos dijeron que no había problema con las pensiones, que su seguridad estaba blindada? Pronto se acercarán nubarrones para los pensionistas. No es que no se actualicen sus ingrersos sino que intentarán el copago, que paguen los medicamentos e incluso aumentar la fiscalidad. De los grandes enfermos, los mentales, gente mayor impedida, etc. mejor no hablar. No son productivos. Que mueran. Eso si, silenciosamente y sin manchar la alfombra.
España, se autodefinió, en su carta magna, como un país social y democrático y, a las primeras de cambio se entrega. Hoy en esta país no manda el pueblo, manda exclusivamente el capital y sabemos que este no tiene escrúpulos ni valores excepto los de la bolsa.
Desde mi isla. Desde mi aislamimento.
No se ve pasar casi nada. Pero se siente.
No conozco que tipo de revolución se necesita pero si que es precisa una, y pronto.

domingo, 9 de octubre de 2011

La isla de los marinos de mierda (Una persona...)

Una persona.
Un hombre.
Es una isla en el fondo de una botella.
Está ahí hundido sin poder ni saber salir.
Si lo intenta resbala.
Pero no lo hace.
Sabe que su isla es el mismo.
Un universo en el fondo de una botella.
Está solo.
Completamente solo.
Mira hacia los lados y ve su reflejo.
Su rostro.
Que se repite en cualquier postura.
Su único rostro.
Su universo.
El es su propio y único universo.

La soledad.
Es otra dimensión.
Un mundo oscuro.
Dentro de una botella oscura.

sábado, 8 de octubre de 2011

La isla de los marinos de mierda (Ocurrió...)

Ocurrió.
Golfo de Vizcaya.
Invierno.
02:15 tiempo universal.
Marejada.
Mala visibilidad.
Es mi guardia.
En el radar un eco.
Se acerca.
Rumbo de colisión.
Viene cruzando nuestra proa.
De babor a estribor.
Tenemos preferencia de paso.
Pero él no varía el rumbo.
¡Atención máquinas!
El cabrón no vira.
Surge entre los ramalazos de niebla.
Con todo su lucerío.
¡Joder! ¡Joder! ¡Joder!
Mando, todo a babor.
Estribor contra estribor.
Muy, muy cerca.
Cabrón.
Parece una verbena.
Barco de pasaje. Grande.
LLeva escrito su nombre con luces: CAMBERRA.
Me dan ganas de usar la sirena, el haldis, algo para decirle lo que pienso.
Máximo de pulsaciones.
Se aleja como llegó.
Entre la niebla.
Pensar
Que
Pude pasar a la historia como el oficial del carguero que partió en dos al trasatlántico CAMBERRA.
Me viene a la cabeza el ANDREA DORIA.
Pudo ser una gran desgracia.
De noche.
Los pasajeros dormidos.
Aguas heladas.
La gente en el agua aguantaría pocos minutos viva.
Los que no se hundieran con el barco.
Porque la proa del nuestro lo destrozaría.

Son muchos los barcos que navegan.
Es necesaria mucha prudencia y vigilancia.
Porque tambien entre los marinos.
Hay muchos imbéciles.

Si agarro al oficial de guardia del CAMBERRA.
Le rompo los morros.

miércoles, 5 de octubre de 2011

La isla de los marinos de mierda (Estoy...)

Estoy hasta los huevos.
De todo.
Esto no hay por donde cogerlo.

Entre todos los pringados pagamos una millonada para solucionar los problemas de las CAM y Nova Caixa Galicia para que unos dirigentes se marchen sin ninguna responsabilidad cobrando una pasta impensable. ¿Cómo se pueden cobrar esas cantidades dejando una empresa en quiebra? ¿No sería lógico cifrar cantidades por rescinsión de contrato en base a los benficios o pérdidas?
Un país con más de 4 millones de parados tiene que asistir al espectáculo de conocer como unos tipos sin escrúpulos se "jubilan muy anticipadamente" forrándose con los fondos del Estado, que son los que nosotros aportamos.
GRAPO. FRAP.
No justifico la violencia pero tampoco la mierda que tenemos que tragar.
Si nos quedamos parados la cosa irá engordando. Los cabrones seguirán engordando.
Ahora los políticos que se beneficiaban de una empresa bancaria para utilizarla, a veces como nodriza, encuentra injustificable la actitud de los que marchan con el botín. El Banco de España, el vigía teórico, tambien se justifica. Los jueces no actúan de oficio.
MIERDA.MIERDA.MIERDA.MIERDA.MIERDA.MIERDA.MIERDA.MIERDA.........................
Y así hasta el infinito.
Por eso y por otras cien mil cosas más relacionadas con este modelo de sociedad...
...
Estoy hasta los huevos.
De todo.
Esto no hay por donde cogerlo.

martes, 4 de octubre de 2011

La isla de los marinos de mierda ( Eres una zorra)

- Eres una zorra.

A veces pienso que la lógica y la cordura se han perdido. Un juez es, porque lo ha decidido la sociedad, la persona indicada para impartir justicia. En esta tierra, no en un hipotético limbo.

Aquí, en esta tierra, llamarle zorra a una mujer es sinónimo del peor insulto. ¿O no, Sr. huez? ¿Usted se quedaría tranquilo si a su madre, mujer o hijas, si las tiene, que lo dudo, le llamasen zorra?

Pero, es que el Sr. juez dice que zorra equivale a:
ladina, avispada, lista, espabilada, dispuesta, sagaz, hábil, vivilla, calculadora, viva, tortuosa, artera, pícara, artificiosa, perillana, cuca, bribona, marrullera, chusca, bellaca, socarrona, fullera, socarrona, maliciosa, tramposa, engañosa, maliciosa, cautelosa, disimulada, política, diplomática, refinada, maquiavélica, hipócrita, pérfida, solapada, perspicaz, tortuosa, tunanta, agachada, lince, inteligente, lagarta, ruin, canalla, depravada, desconfiada, recelosa, rufiana, ingeniosa, gata, cautelosa, diestra...

- Sr. juez, usted es un cabrón, cabrón, cabrón, cabrón, cabrón, cabrón, cabrón, cabrón, cabrón, cabrón, cabrón...
Y tómelo en el sentido que quiera.

Por cierto, no me haga mucho caso, porque soy un marino de mierda.

lunes, 3 de octubre de 2011

La isla de los marinos de mierda (Juraba...)

"Juraba que na Galiza chove a tempo inteiro e nascem rosas do mar ..." Antonio Lobo Antunes.

No es así.
No es así, Antonio, quizás el mejor narrador europeo vivo.
Desconozco la razón de porque Galicia es verde. Quizás, quien la creó, absorto en su contemplación se olvidó de usar otros colores.
El mar, te lo aseguro, cambia de color según quien lo mira y con el cariño que lo hace.
El cielo puede presentar tonalidades que van desde el azul pálido, gris amenazador o marino oscuro como el alto océano más allá de las islas que custodian sus rías. Hay quien asegura que depende del humor de las meigas.
Yo tambien he visto flores en el mar. De suaves y grandes pétalos que cobijan una gran variedad de habitantes de colores.
Hasta ti ha llegado el rumor de lluvia y rosas. En parte es cierto y en parte es un hechizo para llamar la atención del viajante desprevenido pero, palabra, no es mal negocio recalar por esa tierra de montañas redondas como pechos de nodriza, de briosos ríos que siempre mueren en apacibles rías, de agrestes costas, de sierras pobladas de robles y druídas... Me alegro que el rumor te haya enganchado porque así tendré el placer de recibirte en mi peculiar isla. Además, si crees en el agua y en las rosas, si crees que el agua es sinónimo de abundancia y las rosas de belleza tendremos una coincidencia inicial de que hablar en nuestras largas tertulias fumando buenas pipas entre el verde.

LLueve en Galicia
toda,
y por encima de las flores
que nacen en el mar

domingo, 2 de octubre de 2011

La isla de los marinos de mierda (Llevo dos...)

LLevo dos días fuera de mi isla. Interior.
En la costa.
Ahora soy yo quien mira los barcos que pasan. ¿Cómo serán sus tripulantes?
Observo como un pequeño pesquero trabaja el cerco pegado a la playa aprovechando la próxima bajamar. Comienzan las mareas vivas. Gran diferencia entre la alta y la baja. En términos náuticos la bajamar escorada.
Cuando izan el copo, los pescados reflejan el sol como espejos.
Pero estos no son. Estos duermen en casa todos los días.
Hablo de marinos de altura.

Mis primeras navidades las pasé en el banco canario-sahariano. Las segundas en el golfo de Guinea. Las terceras en Persia...
Mi madre no comprendía mi ausencia en esas fechas.
Mi padre callaba.
Mi hermana admitía que era mi profesión.
Nochebuena.
Termina la cena. La cámara de oficiales, como el resto de las estancias comunes, está vestida de fiesta; serpentinas, confetis... Se toma la última copa. Un brindis con los compañeros y al trabajo. El barco no para. No sabe de fiestas ni de madres. En un puerto esperan la carga. Y otra vez. Otro destino.

No sé como pasó.
El tiempo. Los años. Mi vida.
Si yo estaba ahí.
En uno de esos barcos que ahora hacen su approach en esta costa.
Recuerdo como, con los prismáticos, buscaba gente, terrestres.
Ahora soy yo el terrestre. Quizás algún marino me esté enfocando.
Me cuesta conformarme.
Veo los barcos que pasan.
Y un poco de mi
En ellos.

sábado, 1 de octubre de 2011

La isla de los marinos de mierda (Hoy volví...)

Hoy volví al mar.
Como espectador.
Dormí al socaire de mar y viento.
Me desperté al amanecer.
El romper de las olas en la costa me devolvió años.
El rumor de mar.

(Cuando navegaba...
A veces. Muchas singladuras sin recalar. Llegué hasta los 45 días sin escalas. Desde Tristre, antigua Yugoslavia, hasta un cargadero de mineral, cerca de Calcuta, India. Sin atajos por Suez.
Cuando se navega sin pausa el cuerpo se acostumbra. Guardia de noche hasta las 4 de la madrugada. De 12 a 4.
Desayuno. Dormir. Comer. Vuelta a la guardia, desde el mediodía hasta las 4 de la tarde. Una hora de trabajos diversos y ocio hasta medianoche para recomenzar el ciclo. Leer, escribir, escuchar la radio, música, soñar...
En el puente se ve y oye como se desliza el barco.
En el camarote el ruído de la máquina.
Rutina cambiando constantemente los exteriores; la temperatura, la bóveda celeste...
Costas diferentes. Calor y fríos extremos. De la Cruz del Sur a la Osa Mayor.
El rumor de mar.
Siempre adentro aún en tierra, como el estribillo de una canción perversa que no se va y tararemaos sin querer.
Tras una larga travesía, al saltar al muelle, todos los sentidos nos engañan. La tierra parece moverse. La cabeza, los oídos, las piernas... siguen un compás.
Hoy volví al mar.
Como espectador.
Dormí al socaire de mar y viento.
Me desperté al amanecer.

El rumor de mar.