el marino que perdió el mar

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domingo, 3 de febrero de 2013

Hablaba de la brujería...

Hablaba de la brujería como sinónimo de la lucha, quizás poco ortodoxa contra en mal

El deminio, los demonios, son el contrapeso a los ángeles y al dios o dioses

Al igual que sería sombrío un mundo nuestro con los demonios como único ser sobrenatural el caso contrario, un mundo unicamente repleto de dioses y ángeles bondadosos, sería empalagoso

Lo curioso del caso es que en la historia de nuestra humanidad aparecen antes los brujos que los demonios

Los brujos, los buenos, tienen mucho de magos, de ilusionistas aunque no les guste a ellos agruparlos en en este gremio. Nos imaginamos el brujo de la tribu provocando humaredas e incluso explosiones controladas para después hacer los augurios de rigor

Se siguió, durante siglos, con la tradicción de brujos, hechiceros y druidas

Cuando se instalan las nuevas religiones occidentales los primeros mandatarios se preguntan que pueden oponer a la fuerza de esa tradicción. La respuesto es crear un "príncipe" pero de las tinieblas. Un ser semejante a los hombres (había que marcar un paralelismo con el hijo de dios a nuestra imagen y semejanza) aunque convenientemente deformado. Lo pintaron de negro como opuesto al blanco, la pureza, le pusieron cuernos, sería por la influencia del minotauro? y le otorgaron un título nobiliario, Señor del Reino del Mal

Sinceramente creo que perdimos con el cambio. Un brujo, como dios manda, era más espectáculo, más inofensivo y más parecido a un hombre normal

Mientras que el hechizero elucubraba revolviendo las vísceras de un animal, analizaba el vuelo del águila, el agua de los torrentes, un eclipse o cualquier otro fenómeno natural, ahora, todo lo malo se lo cargamos al de los cuernos y nos quedamos tan panchos

Que el matrimonio sale mal, la bolsa nos deja en pelotas, nos despiden del chollo... nos despachamos con que "son cosas del diablo"

Qúe fácil, no?

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