Hacía viento...
... el suficiente para que el velero navegase
Pero no
No se movía
Algo realmente inconzebible
La velas portaban
Hinchadas al viento parecían romper por momentos
La tripulación no sabía que maldición había caído sobre ellos
El capitán parecía loco y dando grandes zancadas recorría los costados buscando algún motivo para aquella inverosimil inmovilidad
Era la pesadilla de querer andar, mover las piernas y no salir del sitio
Cuando ya no pudo resitir mandó que le atasen un cabo a la cintura para bajar, el mismo, y revisar la obra viva
Tan pronto se sumergió, apenas un metro, los ojos se le dilataron. Dió un tirón para que lo izaran
En cubierta todos lo rodearon
Con las pupilas aún dilatadas, lo explicó
Una enorme rémora tenía sujeto el casco del velero sin permitirle navegar
...
Meses más tarde otro velero vió un barco a la deriva
Su capitan mandó una dotación en un bote para investigar. A bordo de aquel velero no había signos de lucha. Todo estaba arranchado a son de mar. Buscaron por todo el barco sin hallar tripulantes ni alimentos y los botes permanecían todos en los pescantes
Encomendados a San Nicolás esa noche la tripulación entera del velero oró pidiendole al santo que los librase de alguna espantosa rémora que los sitiara y volviese locos hasta tirarse por la borda, uno a uno
No hay comentarios:
Publicar un comentario