el marino que perdió el mar

el marino que perdió el mar

sábado, 26 de enero de 2013

Nunca vi...

Nunca vi el río tan furioso

Caudaloso

Impetuoso

Fuera de si

Y canta. Mejor dicho, ruge. Su paso habirual de río ancho y tranquilo por estos lares se ha vuelto autoritario y arrollador

Ha inundado todas las orillas conocidas. Cualquiera sabe, cuando vuelva a su cauce normal como serán

Las propias aves que en él invernan han desaparecido, como con miedo

Pero lo que más me ha inquietado ha sido su bramido. Es como estuviese deseando explotar, gritar a los cuatro vientos que el también puede cabrearse y que cuando lo hace es para que todos lo sepan, que puede ser manso y reposado pero que puede ser un río de ríos, muchos ríos en uno solo

Mis perros que habitualmente se meten en él, juegan y nadan, hoy se han quedado como petrificados en su orilla, lo han visto alterado y sobretodo lo han escuchado

Algunos hombres tienen la sabiduría de interpretar lo que dicen los ríos. Yo no. Tendré que preguntarle a alguno si su estado de furia se debe a algo que le hicimos, que su agitación es motivada por algún tipo de revolución, hacia afuera o mismo hacia dentro porque me imagino que también los ríos tienen cosas por resolver en la intimidad

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